jueves, abril 06, 2017

Crónica de un dolor

Llegué con mi hijo alrededor de las 12: 30 a la “urgencia” del hospital, tenía un persistente y agudo dolor al “costado” Izquierdo que se proyectaba hasta las piernas, se veía muy pálido y un sudor frío hacía brillar su frente, me acerqué a la ventanilla entregué los datos le pregunté a la “funcionaria” si había mucha demora, tiene que esperar no más me contestó y claro esperamos, más menos a la media hora, lo llaman, lo hacen pasar a una sala pequeña donde lo van a “evaluar” el dolor seguía instalado en su “costado izquierdo” y ahora le sumamos la “evaluación” …tan jovencito y la presión tan alta... finalmente lo clasificaron, no recuerdo el código, pero si lo que significaba, prioridad de atención, es decir “urgencia de las urgencias” volvimos a las sillas azules de la sala de espera y nos sentamos a “esperar”, dos horas después aún  esperábamos, entonces como pudimos salimos del hospital hacia la clínica la “única” clínica particular que tiene Arica, nos acercamos al mesón, La secretaria repite como una grabadora la consulta vale….. los insumos y/o exámenes se pagan aparte…  lo volvieron a “evaluar” el dolor persistía igual de agudo y se confirmaba lo anterior …la presión muy alta para su edad, pero agregaron, debe estar descompensado por el dolor.  Lo pasaron rápidamente a un box…acuéstese ahí el doctor viene enseguida, …30 minuto el “doctor” no llegó. Salgo impulsada por el amor de madre, y la frustración de ver a mi hijo sufrir y no poder hacer nada, ¿qué pasa que no viene el Medico? “alguien” responde, tenemos que esperar, ha ocurrido un accidente un señor llegó muy mal, el doctor debió ir atenderlo… por política de la clínica hay un solo doctor en la urgencia…no hay alguien que le dé un calmante a mi hijo, pregunto, solo el doctor puede hacerlo… como pudimos salimos de la “urgencia” de la “única” clínica y regresamos al hospital me acerco a la ventanilla doy el nombre de mi hijo la “funcionaria” me dice, aún no lo llamamos, debe esperar… miro a mi alrededor estaba ahí mismo, donde quedaron cuando partíamos a la clínica, en el mismo lugar, el Sr. Diabético con su dedito herido, el joven que era camionero y llevaba tres días con fiebre, la chica que se había caído en clases de Educación Física, el estudiante de buzo azul que había tenido cáncer, y ahora llevaba horas con dolor de guatita, la señora con su uniforme de trabajo de colores fosforescentes, que había llegado a la “urgencia a las 11 de la mañana después de barrer la plaza de “La Magisterio”, ahí estaban tal cual con sus mismos dolores, sintiendo las misma humillación cada vez que esa puerta de vidrio se cerraba frente a su cara…y esperamos, cada 10 minuto me paraba a preguntar, daba el nombre de mi hijo le recordaba que era “urgencia de las urgencias” …seguíamos esperando, mientras su padre buscaba infructuosamente un médico que lo atendiera de “urgencia” pasada dos horas de esta dolorosa espera irrumpo en la mismísima oficina cuya ventanilla da a la “sala de espera”, cuanto falta para que tomen el papel que tiene el nombre de mi hijo pregunto casi con desesperación…nombre, dice a modo pregunta o respuesta la “funcionaria” y claro porque no está dentro de sus “funciones” memorizar un nombre, aún que una madre lo repitiera muchas veces; con rabia e impotencia repito el nombre,  enseguida lo llamaran me dice, es la primera ficha que hay ahora para llamar, miro a mi alrededor, NO hay ninguna camilla, ni un solo box vacío, ancianos en sillas llenos de manguera, salgo sintiéndome más frustrada, mi hijo sigue ahí con una botella de agua en sus manos al lado de su padre, había conseguido sin receta un calmante potente para él, mi hijo se pone de pie decidido vámonos no esperemos más han pasado 6 horas, informada y convencida que el apéndice está al otro “costado” debe ser cálculos renales eso duele “remucho”,  me dijo otra madre en la sala de larga espera,  salimos, nunca vimos a un médico, llevamos a un enfermo con dolor en el cuerpo y salimos tres con dolor en el alma… ahí está mi hijo tirado en su cama, medio dopado por el calmante, el dolor ha ido cediendo, espero que pase luego, lo que no pasará será EL DOLOR QUE SE LE INSTALÓ EN EL ALMA … NUESTRO SISTEMA DE SALUD ESTÁ ENFERMO Y ES UN ENFERMO TERMINAL

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