Publicado por Brexxy, en "ALTAMIRA"
Esta es la publicación que pensé que nunca haría, el artículo que me negaba a escribir... hace ocho meses sufrí la perdida irreparable de mi adorada madrecita, se fue al cielo así quiero sentirlo, pensarlo, vivirlo, cómo cuando era pequeña y un ser querido moría, mis padres decían convencidos: "se fue al cielo", no obstante hoy siento su muerte, su ausencia, la perdida del ancla que sostenía mi vida, la mujer a quién me costaba contarle mis frustraciones, sufrimientos y penas, porque tenía la certeza que sufriría como yo, o más que yo misma, con mis dolores, sin embargo,terminaba contándole siempre, para sentir ese alivio de saber que no estaba sola que ella estaba ahí.
Esta es la publicación que pensé que nunca haría, el artículo que me negaba a escribir... hace ocho meses sufrí la perdida irreparable de mi adorada madrecita, se fue al cielo así quiero sentirlo, pensarlo, vivirlo, cómo cuando era pequeña y un ser querido moría, mis padres decían convencidos: "se fue al cielo", no obstante hoy siento su muerte, su ausencia, la perdida del ancla que sostenía mi vida, la mujer a quién me costaba contarle mis frustraciones, sufrimientos y penas, porque tenía la certeza que sufriría como yo, o más que yo misma, con mis dolores, sin embargo,terminaba contándole siempre, para sentir ese alivio de saber que no estaba sola que ella estaba ahí.
Ya no está y aunque el mundo entero me diga, que está en otra dimensión, que me mira de una estrella y tantas cosas que se dicen para consolar... ¿consuelo?... pero si no hay consuelo, mi madre murió, ya no tengo mamá, no la puedo escuchar, no la puedo ver, oler, sentir, no la puedo tocar; la busco desesperadamente en mis sueños, en mis noches de soledad y angustia; la busco en mi lejana niñez, en mi época escolar cuando le complacía sentarse a mi lado para que le contará todo lo del día, yo solía hablar mucho en aquella época, ahora me pregunto si a causa de eso tal vez yo la escuché poco, pero no, estoy segura, ella disfrutaba de mi compañía de mi incansable soliloquio; la busco en los lejanos días de las Tiranas pasadas, cuando me sentía tan bien, de que todos mis hermanas y hermanos salieran a bailar, y yo quedarme así junto a ella en aquella precaria "casita" que nos cobijaba los Días de fiesta; la busco más atrás casi en mi temprana niñez, en mi adolescencia en aquel pueblito de La Onzana cuando los indios de la tribu partían a bailar junto a mi padre, en la plaza, iglesia y por las noches en la "Sede", todos iban todos, menos yo, me quedaba acostada a su lado "calentita" con su cuerpo y su amor... nadie puede decirme que esté tranquila, no quiero estarlo, la he llorado mucho y quisiera llorarla más.
Cuando no la busco, me culpo por haber partido a la universidad lejos de casa, por abandonar su calor, su protección, aunque sé que jamás distancia alguna logró separarme de su amor, me culpo por los innumerables veces que sentí el deseo irrefrenable de quedarme junta a ella, y no obstante volví, a mi rutina a kilómetros de distancia , me culpo por las cientos o miles de veces que la llamé solo para contarle alguna pena o aflicción, pero me culpo más por las cientos o miles de llamadas que no hice, para no contarle la aflicción; me culpo más aún por aquella "fatídica" noche de domingo que me despedí para "arreglar algunas cosas" y volver; me culpo por no haber dejado que me inmovilizará ese "te amo hija" que pronunció a modo de despedida cuando la dejé en su camita matrimonial, débil, pero presente, frágil, pero entera, me culpo de no haber visto sus ojos cerrarse por última vez para sumirse en ese sueño eterno.
Lo único que me ha sostenido estos ocho meses es el firme convencimiento que amé a mi madre con todo mi ser y que ella me amó a mi "incondicionalmente"... y por la eternidad seré su "Brendita"
Brexxy
Cuando no la busco, me culpo por haber partido a la universidad lejos de casa, por abandonar su calor, su protección, aunque sé que jamás distancia alguna logró separarme de su amor, me culpo por los innumerables veces que sentí el deseo irrefrenable de quedarme junta a ella, y no obstante volví, a mi rutina a kilómetros de distancia , me culpo por las cientos o miles de veces que la llamé solo para contarle alguna pena o aflicción, pero me culpo más por las cientos o miles de llamadas que no hice, para no contarle la aflicción; me culpo más aún por aquella "fatídica" noche de domingo que me despedí para "arreglar algunas cosas" y volver; me culpo por no haber dejado que me inmovilizará ese "te amo hija" que pronunció a modo de despedida cuando la dejé en su camita matrimonial, débil, pero presente, frágil, pero entera, me culpo de no haber visto sus ojos cerrarse por última vez para sumirse en ese sueño eterno.
Lo único que me ha sostenido estos ocho meses es el firme convencimiento que amé a mi madre con todo mi ser y que ella me amó a mi "incondicionalmente"... y por la eternidad seré su "Brendita"
Brexxy